A sus 92 años, William Shatner, una figura icónica de Hollywood y rostro del capitán James T. Kirk de la serie fundamental “Star Trek”, habla con franqueza sobre el único aspecto de su extensa carrera que lo deja con un profundo arrepentimiento. Su esfuerzo como director, “Star Trek V: The Final Frontier” (1989), sigue siendo una mancha importante en su legado profesional, principalmente debido a ambiciones incumplidas y choques creativos.
La visión de Shatner para la película era ambiciosa y plagada de posibles controversias: su objetivo era explorar el concepto de divinidad, un viaje en busca de Dios dentro del universo de “Star Trek”. Sin embargo, los temores del estudio sobre alienar al público llevaron a un compromiso que, según Shatner, en última instancia comprometió la integridad de la película. “Mi concepto era que ‘Star Trek’ va en busca de Dios”, compartió, indicando que la resistencia de la gerencia sofocó sus aspiraciones creativas.
A medida que se desarrollaba el proyecto, Shatner se encontró mal preparado para las batallas que se avecinaban, tanto en términos de restricciones presupuestarias como de intromisión ejecutiva. La película resultante no cumplió con sus expectativas y las de sus fanáticos, marcando un punto bajo en la histórica franquicia “Star Trek”. “Fallé. En mi opinión, fallé terriblemente”, admite, asumiendo personalmente la responsabilidad por los defectos de la película.
A pesar de este revés, la carrera de Shatner no decayó; Continuó prosperando tanto en papeles de actuación como de dirección. Mirando hacia atrás, atribuye su éxito a una combinación de salud y pura suerte. Las reflexiones de Shatner ofrecen una visión poco común de los desafíos personales que enfrentan los creativos en Hollywood, subrayando la intrincada danza entre visión y viabilidad en el proceso de realización cinematográfica.
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Crédito de la foto: Bryan Regan / Shutterstock.com