Tras el lanzamiento de su último episodio, The Studio —la comedia dramática de Seth Rogen para Apple TV+— continúa difuminando la línea entre la sátira y la sinceridad, utilizando una ambiciosa herramienta cinematográfica: el sátira. En el episodio 6, “El oncólogo pediátrico”, el personaje de Rogen, el director del estudio Matt Remick, navega por una gala de la alta sociedad contra el cáncer con crecientes dudas, mientras los riesgos del mundo real chocan con el ego de Hollywood. Pero no es solo el guion lo que añade tensión, sino también la ejecución.
Rogen y el codirector Evan Goldberg han infundido toda la serie con escenas de una sola toma meticulosamente coreografiadas, una técnica más común en el cine de autor que en la comedia televisiva. El episodio 2, “El sátira”, fue una toma continua de 25 minutos, que mostraba la agotadora belleza y el caos del cine a través de un desastre ficticio en el set, con Sarah Polley (interpretándose a sí misma).
Estas secuencias de un solo plano intensifican tanto la tensión como la autenticidad, reflejando la disonancia emocional que Matt enfrenta: un hombre profundamente enamorado del cine que debe comprometer constantemente su pureza. ¿La ironía? Esa misma tensión emocional es lo que hace a The Studio tan cautivadora.
Con apariciones especiales de titanes de la industria y guiones inspirados en historias de guerra reales de Hollywood, The Studio es más que meta: es la carta de amor de Rogen a un sistema quebrado.
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Crédito de la foto: Tinseltown / Shutterstock.com