Ryan Reynolds habló recientemente sobre el difícil camino que tuvo que recorrer con su padre, James, a quien le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en 1995. El actor, que ahora tiene 47 años, compartió que a medida que la enfermedad de su padre avanzaba, comenzó a experimentar delirios, lo que afectó profundamente su relación.
Reynolds recordó cómo su padre, un hombre de pocas palabras y principios firmes, comenzó a perder el control de la realidad, lo que generó confusión y desconfianza en la familia. “Desestabilizó nuestro vínculo”, admitió Reynolds, reflexionando sobre la dificultad de ver a su padre, que alguna vez fue una figura firme, luchar por distinguir entre la realidad y la ficción.
A pesar del declive de su padre, la madre de Reynolds, Tammy, siguió siendo su cuidadora principal y soportó años de aislamiento mientras cuidaba de su esposo. El actor reconoció la carga, a menudo pasada por alto, de la fatiga del cuidador y expresó su pesar por el hecho de que los recursos de apoyo para la salud mental no fueran más accesibles durante ese tiempo.
Mientras lidiaba con sus propias emociones complejas, Reynolds lidió con su papel en la tensa relación que tenían y finalmente encontró algo de consuelo en una sentida carta que le envió a su padre cinco meses antes de su fallecimiento en 2015. Aunque no estaba con su padre al final, Reynolds aprecia esa conexión final.
Ahora, como padre de cuatro hijos, Reynolds recurre a sus experiencias para dar forma a su paternidad, esforzándose por llenar los vacíos que dejó su padre y al mismo tiempo honrar la integridad que admiraba en él.
—
Crédito de la foto: Sam Aronov / Shutterstock.com