Aaron Rodgers puede estar vistiendo el uniforme de los Pittsburgh Steelers esta temporada, pero cuando llegue el final de su destacada carrera en la NFL, tiene la intención de cerrarla donde todo comenzó: con los Green Bay Packers.
En una conversación sincera con periodistas antes de su primer partido contra los Packers, Rodgers confirmó que quiere retirarse oficialmente como miembro de la organización de Green Bay. Habiendo pasado 18 años con la franquicia, Rodgers dejó claro que la mayor parte de su identidad como jugador está inseparablemente ligada a su tiempo en Wisconsin.
“No hay nada que vengar,” dijo Rodgers a los reporteros que cubren a los Packers el jueves. “Me hicieron ganar mucho dinero y pasé algunos de los mejores años de mi vida allí.”
Aunque su salida de Green Bay en 2022 y sus pasos posteriores por los Jets y ahora los Steelers podrían sugerir una ruptura, las palabras de Rodgers reflejaron calidez y gratitud. No solo descartó la idea de que este fuera un “partido de revancha,” sino que describió su tiempo con los Packers como fundamental para todo lo significativo en su vida.
Parece que los Packers están listos para recibirlo de regreso con los brazos abiertos, probablemente siguiendo el precedente establecido con su predecesor, Brett Favre. Favre fue incluido en el Salón de la Fama de los Packers en 2015, un año antes de entrar a Canton, y su emblemático número 4 fue retirado. Un destino similar parece esperar a Rodgers, cuyo número 12 sigue siendo parte fundamental de la historia de Lambeau Field.
El enfrentamiento del domingo entre Steelers y Packers marcará la primera vez que Rodgers se enfrenta en el campo al equipo que lo eligió en el draft de 2005. Aunque señaló que habría sido más especial jugar en Lambeau, Rodgers se mostró visiblemente conmovido por la ocasión.
Aunque ahora lidera una ofensiva diferente, Rodgers dejó algo claro: cuando llegue el momento de decir adiós al fútbol, lo hará vistiendo los colores verde y dorado, no solo en espíritu, sino de manera oficial.