Poder femenino: las primeras trabajadoras de líneas eléctricas de Colombia entrenan para mantener las luces encendidas

Marianela Hernández Valencia Creció sin luz, “De niña crecí en una casa sin luz, lo que significaba tener que hacer las tareas a la luz de las velas”, cuenta. “Fue dificil.” Hoy es una de las 15 mujeres que intentan graduarse como una de las primeras linieras de Columbia en la Ceja, un pequeño pueblo a 40 km al sureste de Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia.

El trabajo de un trabajador de línea es escalar torres y líneas de transmisión cientos de pies en el aire para instalar y reparar cables de alimentación y también suelen ser los primeros en responder después de una tormenta o un desastre natural, a menudo dejándolos fuera de casa durante períodos prolongados. Los graduados del programa liderado por ISA, la empresa de transmisión de energía más grande de América Latina con el grupo de capacitación Tener Futuro Corporation, tienen garantizado un trabajo con uno de los dos contratistas, Instelec y Salomón Durán. A los estudiantes se les enseña seguridad, aparejos y nudos, en un entorno práctico.

Solo una semana después de que se anunciara el programa, 723 mujeres se habían registrado con interés. Uno de los asistentes es Hernández Valencia, quien dice: “Siempre me ha atraído el trabajo eléctrico. Esa sensación que tienes cuando puedes ayudar a encender la luz y ver las caras de los niños iluminarse, es indescriptible”. Trabajaba como administradora de un restaurante en Medellín cuando su socio, un liniero, le contó sobre la campaña de reclutamiento, lo que resultó en su solicitud y aceptación en el programa. Sus maestros dicen que se está convirtiendo rápidamente en líder de grupo.

Actualmente hay aproximadamente 2.500 trabajadores de línea activos y se estima que se necesitan 500 más solo para satisfacer las demandas de electrificación actuales y hay planes para construir entre 1.200 y 2.500 km de nuevas líneas eléctricas para 2025.

La mayoría de las mujeres en el programa son madres, lo que les dificulta mucho la capacitación. El entrenamiento por sí solo es lo suficientemente desafiante, ya que los trabajadores tienen que cargar entre 9 kg y 13 kg solos en el cinturón. La resistencia mental es especialmente importante con Lizarazo Moreno afirmando: “Debes poder mantener la cabeza fría, especialmente cuando sucede algo inesperado y estás en lo alto de una torre”. El sector parece comprometido con la formación de mujeres en el futuro con planes para tres cohortes de formación en 2023 de 20 mujeres cada una.

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