Los Houston Texans atacaron desde todos los ángulos, acosando al mariscal de campo de los Chicago Bears, Caleb Williams, en una demostración de fuerza implacable. Al final del partido, la primera selección del draft de los Bears había sido capturada siete veces, más que cualquier mariscal de campo en un solo partido esta temporada. Según Next Gen Stats, Williams fue blitzado 20 veces y presionado en 36 de 37 pases hacia atrás, lo que hizo que pareciera que los Texans estaban chocando con una fuerza abrumadora.
El resultado fue una derrota familiar de 19-13 para Chicago: un mariscal de campo bajo asedio, una defensa que mantiene el marcador al alcance y problemas sin soluciones inmediatas. “Un poco magullado”, admitió Williams, que planea recuperarse para el próximo partido.
Este revés de principios de temporada plantea serias preocupaciones. Si bien no es momento de entrar en pánico, el esquema ofensivo de Chicago necesita un cambio fundamental para proteger a Williams. La línea ofensiva, abrumada por la feroz defensa de los Texans, debe reestructurarse. Los Texans han construido un modelo para los Bears: una defensa dura, un mariscal de campo prometedor y una línea ofensiva equilibrada.
La estrategia de los Texans para proteger al mariscal de campo C.J. Stroud a través de un sólido juego terrestre y una línea ofensiva bien estructurada ofrece un modelo para Chicago. Si los Bears quieren que Williams prospere, deben brindarle el apoyo que necesita.
—
Crédito de la foto: Sergey Nivens / Shutterstock.com