Los Detroit Lions llegaron al enfrentamiento de horario estelar del jueves por la noche contra los Dallas Cowboys necesitados de una victoria, y respondieron de forma contundente: un triunfo 44–30 que impulsa significativamente sus aspiraciones de playoffs y frena una mala racha.
Desde el inicio, quedó claro que Detroit jugaba con determinación. El corredor Jahmyr Gibbs golpeó primero con una carrera de una yarda para touchdown, y más tarde añadió dos anotaciones por tierra más —incluyendo la que selló el encuentro con poco más de dos minutos por jugar. Su actuación de tres touchdowns fue el sello distintivo de una actuación construida con urgencia y oportunismo.
El mariscal de campo Jared Goff ofreció liderazgo constante por aire, completando 25 de 34 pases para 309 yardas y un touchdown, conectando con el ala cerrada novato Isaac TeSlaa en la zona roja para ampliar la ventaja. Mientras tanto, la defensa de Detroit —reanimada tras una mala racha— registró múltiples capturas y forzó balones sueltos e intercepciones, cambiando el ritmo del juego en la segunda mitad.
Del lado de los Cowboys, Dak Prescott siguió generando yardas, lanzando para 376 yardas y un touchdown, pero errores costosos —dos intercepciones— junto a pérdidas de balón en momentos clave, frustraron sus intentos de remontada. A pesar de superar a Detroit en yardaje total, Dallas no pudo igualar la contundencia y el cierre del rival.
Con esta victoria, Detroit mejora a un récord de 8–5 y suma impulso real en la carrera por los playoffs. Para Dallas, la derrota detiene un tramo prometedor y reduce el margen de error si quieren mantenerse en la lucha por un puesto como comodín.
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