Los Dallas Cowboys están tomando medidas para fortalecer su defensa, adquiriendo al experimentado linebacker Logan Wilson en un intercambio con los Cincinnati Bengals. A cambio, los Bengals recibirán una selección de séptima ronda del draft de 2026, lo que representa una apuesta de bajo riesgo y alta recompensa para Dallas.
Wilson, seleccionado en la tercera ronda desde la Universidad de Wyoming en 2020, ha construido silenciosamente uno de los currículums más consistentes en su posición durante las últimas cuatro temporadas. Ha superado las 100 tacleadas cada año, además de mostrar producción destacada en cobertura y forzar balones sueltos. Sus estadísticas incluyen 11 intercepciones, 6 balones forzados y 25 pases defendidos, números que reflejan mucho más que solo velocidad lateral.
A pesar de su productividad, Wilson fue relegado esta temporada en Cincinnati, ya que los cambios defensivos bajo una nueva dirección redujeron su participación. El linebacker solicitó ser transferido, buscando una oportunidad donde pudiera volver a jugar de forma relevante.
Dallas representa justamente esa oportunidad. Los Cowboys han estado batallando en el corazón de su defensa, particularmente contra la carrera. Las lesiones y el juego inconsistente en la posición de linebacker han dejado un hueco que ahora se espera que Wilson llene. Su experiencia e inteligencia táctica podrían aportar estabilidad a una defensa que ha cedido más de lo esperado.
Para los Bengals, este movimiento abre espacio para que nuevos talentos emergentes tomen protagonismo, al mismo tiempo que se honra la petición de Wilson. Con una selección tardía asegurada y una nueva identidad defensiva en construcción, Cincinnati pasa la página sobre uno de sus defensores más confiables de los últimos años.
La atención ahora se centra en qué tan rápido Wilson podrá impactar en el esquema defensivo de los Cowboys, y si esta incorporación podrá provocar un resurgimiento en una defensa con aspiraciones de campeonato.