Los Cincinnati Bengals han consolidado su núcleo ofensivo con la firma de importantes extensiones de contrato para los receptores Ja’Marr Chase y Tee Higgins. El contrato de Chase por cuatro años y $161 millones, con $112 millones garantizados, lo posiciona como el jugador mejor pagado (no quarterback) en la historia de la NFL, con un promedio de $40.25 millones anuales. Higgins consiguió un contrato por cuatro años y $115 millones, con garantías para los dos primeros.
Estas extensiones reflejan el compromiso de los Bengals de mantener una ofensiva potente junto al quarterback Joe Burrow. Chase, quien entraba en el último año de su contrato de novato, lideró la NFL la temporada pasada en recepciones, yardas recibidas y touchdowns, logrando la prestigiosa triple corona de receptores. Higgins, a pesar de haber sido etiquetado previamente como jugador franquicia, ha tenido un rendimiento consistentemente sólido, registrando 10 touchdowns, la mayor cantidad de su carrera, la temporada pasada.
Las negociaciones se vieron influenciadas por la defensa de Burrow de retener a sus principales receptores, lo que subraya la estrategia del equipo de preservar su dinámico trío ofensivo. Sin embargo, estos lucrativos acuerdos generan preocupación sobre las futuras implicaciones del límite salarial, en particular en lo que respecta a posibles contratos para jugadores defensivos clave como Trey Hendrickson.
Con la incorporación de Chase y Higgins, los Bengals buscan mantenerse competitivos en su búsqueda del título del Super Bowl, asegurando que Burrow siga contando con opciones de recepción de élite en las próximas temporadas.
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