Este 4 de julio celebramos el legado y las contribuciones de nuestra nación a la madre tierra, y en el corazón de nuestra celebración de hoy, debemos honrar a las mujeres que han hecho de Estados Unidos el país más grande del planeta.
Susan B. Anthony, una mujer que vivió entre 1820 y 1906 trabajó incansablemente por el sufragio de las mujeres, convirtiéndose en el punto álgido para el mayor logro de nuestra historia; el derecho de las mujeres a votar. Rosa Parks debe celebrarse por negarse a sentarse en la parte trasera del autobús.
Shirley Chisholm hizo historia al ser la primera mujer afroamericana elegida para el Congreso, luego hizo una oferta para ser presidente en 1972 en la Convención Nacional Demócrata.
Amelia Earhart demostró que las mujeres podían hacer cualquier cosa que los hombres pudieran hacer, convirtiéndose en la primera mujer aviadora en volar sola sin parar a través del Atlántico en 1928.
Ruth Bader Ginsburg, ahora de 85 años, todavía se sienta en la corte más alta de la tierra de la Corte Suprema, prestando su voz a las leyes que dan forma a nuestro mundo. Fue nombrada en el tribunal superior por el presidente Clinton en 1993.
Démosle un grito a las ‘Computadoras’ de la NASA retratadas en la película de la Academia ‘Hidden Figures’, Mary Jackson, Katherine Johnson y Dorothy Vaughan. No podemos olvidarnos de Michelle Obama, la Primera Dama Afroamericana, o Elaine Cho, la primera mujer asiática-estadounidense que sirve en cualquier gabinete presidencial.