Hulk Hogan, el hombre que destrozó a gigantes y rompió barreras en la lucha libre profesional, falleció a los 71 años. Las autoridades de Clearwater, Florida, confirmaron que el miembro del Salón de la Fama de la WWE, cuyo verdadero nombre era Terry Bollea, falleció tras un paro cardíaco. No se sospecha de ningún crimen.
Una figura imponente con su característico uniforme rojo y amarillo y una voz potente que inspiró a millones a “rezar y tomar vitaminas”, Hogan fue el rostro de la época dorada de la lucha libre. Su legado se extiende más allá del ring: encabezó la primera WrestleMania, entrenó con Rocky Balboa en la gran pantalla y lideró el rebelde New World Order durante el dominio de la WCW en los 90.
La huella cultural de Hogan es enorme: desde su reinado de 1474 días como campeón de la WWF hasta los 33 millones de espectadores que atrajo junto a André el Gigante en horario estelar. A pesar de sus problemas de salud y controversias, incluyendo un escándalo en 2015 que lo llevó a su expulsión temporal de la WWE, siguió siendo un símbolo del poder de la lucha libre.
En los últimos años, Hogan exploró negocios como Real American Freestyle Wrestling y la apertura de un bar cerca del Madison Square Garden. Recibió numerosos homenajes de leyendas de la lucha libre y figuras públicas, incluyendo al expresidente Donald Trump.
Con giros de rudo, golpes al cuerpo y arcos de redención, Hulk Hogan nunca fue solo un luchador, sino una era.