Guerrero Enciende a los Blue Jays y Toronto Empata la Serie Mundial

Después de soportar la montaña rusa emocional de una maratónica derrota en 18 entradas en la Serie Mundial, los Toronto Blue Jays demostraron lo que significa tener agallas de campeón. En el Juego 4, respondieron como veteranos de octubre, derrotando a Los Angeles Dodgers 6-2 e igualando la serie a dos juegos por lado.

Vladimir Guerrero Jr. encendió la chispa con un cuadrangular de dos carreras ante Shohei Ohtani en la tercera entrada, un batazo que no solo energizó a su equipo, sino que también lo colocó en los libros de récords de la franquicia con su séptimo jonrón en postemporada. Guerrero ha estado imparable este octubre, bateando para .419 con 14 impulsadas y un OPS de 1.306 en 15 juegos.

Pero la ofensiva no fue el único punto brillante. Shane Bieber, adquirido a mitad de temporada en un canje con Cleveland, dio un paso al frente cuando Toronto necesitaba estabilidad. Lanzó 5⅓ entradas de solo una carrera, frenando la ofensiva de los Dodgers y dándole un respiro al agotado bullpen tras el épico juego de la noche anterior.

Los Blue Jays no aflojaron. En la séptima entrada, Ernie Clement conectó un doble que ayudó a sacar del juego a Ohtani y encendió un rally de cuatro carreras. La contribución de Clement extendió su racha de juegos bateando de hit en postemporada a 10, la más larga para un jugador de Toronto desde Roberto Alomar en 1993 —el año del último campeonato de la franquicia.

La actuación de recuperación de Toronto evocó una historia similar en 2018, cuando los Red Sox perdieron un juego de 18 entradas ante los Dodgers pero ganaron el Juego 4 rumbo a su título. Si los Blue Jays pueden repetir esa hazaña está por verse, pero ya demostraron que pueden recibir un golpe y devolverlo con más fuerza.

La victoria aseguró el regreso de la serie a Toronto, donde 30,000 fanáticos llenaron el Rogers Centre solo para ver el Juego 4 en pantallas gigantes. Esa energía y apoyo no pasaron desapercibidos en el vestuario.

Para un equipo que opera con las reservas justas de energía, y alimentado apenas por adrenalina y cafeína, Toronto demostró estar más vivo que nunca —y listo para seguir peleando hasta el final.