Clayton Kershaw, el rostro emblemático de los Dodgers de Los Ángeles, anunció su retiro, poniendo fin a una legendaria carrera de 18 años en las Grandes Ligas, todos jugados con la misma franquicia.
En una emotiva conferencia de prensa en el Dodger Stadium este jueves, el zurdo de 37 años estuvo acompañado por su esposa, Ellen, y sus cuatro hijos. Con una sonrisa nostálgica, Kershaw reveló que ya sabía que esta temporada sería probablemente la última, pero prefirió no hacer el anuncio antes de tiempo por si cambiaba de opinión.
“Realmente no estoy triste. Estoy en paz con esto”, comentó. “Es simplemente emocional”.
Su última apertura en temporada regular será este viernes por la noche contra los Gigantes de San Francisco, en casa, frente a los fanáticos que lo han acompañado desde su debut en 2008.
El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, visiblemente conmovido, elogió el liderazgo y la mentalidad competitiva de Kershaw. “Nunca he estado cerca de un competidor más grande”, afirmó. “Me ha hecho mejor, y creo que ambos hemos crecido juntos”.
Ganador de tres premios Cy Young y ocho veces All-Star, Kershaw deja un legado definido por la excelencia y la lealtad. Su ponche número 3,000, alcanzado a principios de esta temporada, selló su lugar entre los grandes del béisbol.
Mientras los Dodgers y los fanáticos se preparan para despedirse, Kershaw deja algo más que estadísticas y trofeos: deja la huella imborrable de una auténtica leyenda del deporte.