En dos ciudades, en extremos opuestos del continente, los aficionados al béisbol fueron testigos de momentos que contarán por generaciones.
En el Dodger Stadium, Shohei Ohtani ofreció una de las actuaciones más completas en la historia de la postemporada. Tras una racha fría con el bate, Ohtani estalló con tres jonrones imponentes—incluido un cohete de 469 pies—y lanzó más de seis entradas en blanco con 10 ponches. Los Dodgers se apoyaron en esta demostración histórica para ganar el banderín de la Liga Nacional y avanzar a la Serie Mundial.
El cambio de rutina de Ohtani—batear en el campo en lugar de la jaula—resultó clave. Bromeó con sus compañeros durante la práctica, pero cuando llegó el momento, respondió con todo. Para los fanáticos y puristas del béisbol, fue una clase magistral de talento y determinación.
Mientras tanto, en Toronto, los Blue Jays se negaron a rendirse. El novato Trey Yesavage brilló bajo presión, induciendo dos dobles matanzas con las bases llenas, algo nunca visto antes en un juego de postemporada. Vladimir Guerrero Jr. igualó un récord de franquicia con su sexto jonrón en playoffs, mientras que Addison Barger contribuyó con tres impulsadas y un cuadrangular.
Las esperanzas de Seattle se desmoronaron debido a errores defensivos poco comunes y oportunidades ofensivas desperdiciadas. A pesar de un empuje tardío, los Mariners cayeron, lo que llevó la serie a un séptimo juego en Toronto, el segundo en la historia del equipo canadiense.
El mundo del béisbol ahora pone su mirada en la noche del lunes en Toronto, donde se hará historia: los Mariners podrían conseguir su primer boleto a la Serie Mundial o los Blue Jays completar una remontada memorable. Una cosa es segura: Shohei y los Dodgers estarán esperando.
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