El béisbol ha perdido a uno de sus más grandes caballeros y a uno de sus competidores más feroces. El miembro del Salón de la Fama, Ryne Sandberg, el alma de los Chicago Cubs durante más de una década, falleció el lunes a los 65 años, rodeado de su familia en su casa.
Sandberg, quien luchó valientemente contra el cáncer de próstata metastásico, deja un legado grabado en la historia del béisbol y en el alma de Chicago. Diez veces All-Star, nueve veces ganador del Guante de Oro y Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1984, “Ryno” redefinió la posición de segunda base con potencia, velocidad y un liderazgo discreto.
Originalmente seleccionado por los Phillies, el canje de Sandberg a Chicago en 1982 se convirtió en uno de los acuerdos más desequilibrados del béisbol y una de las mayores bendiciones de los Cubs. Desde el icónico “Juego Sandberg” en 1984 hasta su temporada récord de 40 jonrones en 1990, Sandberg jugó con una determinación incansable y una clase inquebrantable.
Los Cubs, en honor a su impacto, lucirán un parche conmemorativo durante el resto de la temporada. El Wrigley Field, que ya alberga su estatua y el número 23 retirado, rinde homenaje a un jugador que se convirtió en símbolo de perseverancia, dignidad y excelencia.
Aunque el éxito en la postemporada se le escapó, Ryne Sandberg brindó a los aficionados de los Cubs esperanza, inspiración y momentos inolvidables. No solo fue miembro del Salón de la Fama, sino un héroe de Chicago.
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Crédito de la foto: David Lee / Shutterstock.com