Wicked regresa: un final espectacular pero imperfecto en Oz

El mundo cinematográfico de Oz regresa con Wicked: For Good, la ambiciosa segunda parte de la adaptación fílmica del amado musical de Broadway Wicked. Con Cynthia Erivo y Ariana Grande retomando sus papeles como Elphaba y Glinda, respectivamente, la historia se adentra en terrenos más oscuros mientras mantiene el espectáculo musical que ayudó a que su predecesora fuera un éxito rotundo.

Ubicada en la tierra fantástica de Oz, la secuela continúa tras el despertar de Elphaba —ahora vilipendiada como la Malvada Bruja del Oeste— y Glinda —elevada como la Bruja Buena bajo el régimen del Mago. La tensión entre ambas crece mientras la narrativa explora temas como la propaganda, la rebelión, la identidad y el costo del poder.

La crítica está dividida. Por un lado, las actuaciones brillan: Erivo ancla nuevamente la cinta con profundidad emocional y Grande ofrece un rango inesperado mientras su personaje se desmorona poco a poco. El diseño visual, desde los escenarios hasta el vestuario, mantiene un alto nivel, y la ambición del director Jon M. Chu es evidente.

Sin embargo, la película tropieza en algunos aspectos. Algunos críticos argumentan que la estructura de la secuela está limitada por ser la segunda mitad de una adaptación en dos partes: debe reconciliar su historia con el desenlace conocido de El Mago de Oz, lo que reduce su libertad narrativa. Un crítico afirma que Wicked: For Good “colapsa… porque no funciona ni como película independiente ni como conclusión.” Esta rigidez, sumada a nuevas canciones que no igualan la energía de los éxitos anteriores, deja una sensación de menor impacto musical.

Aun así, para los fanáticos del primer filme y del musical original, esta entrega ofrece espectáculo y emociones a flor de piel. Cuando acierta, la película resuena: los temas de amistad puesta a prueba, identidades opuestas y reconciliación siguen siendo su núcleo y se transmiten con sinceridad y escala.

En resumen, Wicked: For Good quizá no vuele con la misma libertad que su primera parte, pero se mantiene fiel al espíritu teatral del material original y brinda a sus protagonistas un espacio para brillar.