Durante una entrevista reciente, Ben Stiller habló sobre uno de los capítulos más difíciles de su vida: la separación de su esposa, la actriz Christine Taylor. La pareja, que se casó en el año 2000 y tiene dos hijos, se separó en 2017, pero finalmente reanudó su matrimonio años después.
Stiller describió ese tiempo separados como una “llamada de atención” que lo obligó a examinar sus hábitos y prioridades. “Sentía que estaba fracasando”, admitió, reflexionando sobre cómo el trabajo y la identidad personal se habían desdibujado con el tiempo. La separación, aunque dolorosa, se convirtió en lo que él llamó un “botón de reinicio”, que permitió a ambos redescubrirse como individuos antes de volver a estar juntos con más fuerza.
Ahora reunidos, la pareja suele aparecer junta en eventos, irradiando la química que los fans recuerdan de sus primeros años. Stiller atribuye a la experiencia el haber profundizado su conciencia emocional y su aprecio por la relación. “Decidimos volver porque queríamos”, dijo simplemente.
Su viaje —del desamor a la renovación— sirve como un silencioso recordatorio de que incluso las historias de amor de Hollywood pueden encontrar su segunda etapa a través del crecimiento, la humildad y la gracia.
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