Jane Fonda revive el legado de libertad de expresión de su padre en una nueva era

A sus 87 años, Jane Fonda ha relanzado el Comité para la Primera Enmienda —un organismo de la época de la Guerra Fría originalmente respaldado por su padre, Henry Fonda— para enfrentar lo que ella y cientos de personas más consideran nuevas amenazas a la libertad de expresión.

Formado inicialmente en 1947 como defensa contra el macartismo y la lista negra de Hollywood, el Comité emerge ahora en un clima político plagado de presiones sobre los medios de comunicación, el mundo académico y las artes. Más de 550 artistas —desde voces emergentes hasta leyendas del cine— se han unido al llamado de Fonda para oponerse a la censura, la intimidación y la supresión de la disidencia.

Fonda define el momento actual como inquietantemente similar al pasado: «Las fuerzas de la represión han regresado», advierte, argumentando que solo la solidaridad y la vigilancia pueden evitar el silenciamiento de los críticos. Este resurgimiento no es un gesto nostálgico, sino una movilización con visión de futuro: un recordatorio de que las libertades constitucionales deben defenderse de nuevo en cada generación.

Al apelar al legado de su padre, Fonda vincula dos épocas de resistencia. El pasado influye en el presente, pero ella y sus colaboradores insisten en que la lucha actual por la libertad de expresión exige su propia valentía, claridad y voz colectiva.


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