Cuando Emily Blunt vio por primera vez imágenes de Tilly Norwood, la actriz generada por IA que está causando sensación en Hollywood, su reacción fue inmediata y visceral: “¿Es una IA? ¡Dios mío, estamos perdidos!”.
Durante un episodio reciente del podcast Variety Awards Circuit, describió el desarrollo como “realmente aterrador” e instó a las agencias de talento a “dejar de quitarnos la conexión humana”. Norwood, concebida por Xicoia, el estudio de IA de Eline Van der Velden, se hizo pública en 2025 y ahora las agencias la tienen en la mira como una posible estrella digital.
La crítica de Blunt se nutre de una inquietud más profunda en Hollywood: que los actores sintéticos podrían socavar no solo los trabajos, sino también la autenticidad emocional que es la esencia de la actuación. Sus defensores defienden a Norwood como un experimento artístico, comparándola con herramientas de CGI o animación en lugar de actores reales.
Pero para estrellas como Blunt, su existencia desafía valores fundamentales: la impredecible chispa humana, la vulnerabilidad personal y los matices inesperados. La controversia podría marcar el inicio de un nuevo capítulo en el entretenimiento, donde el artificio y el arte se fusionan. Por ahora, la pregunta sigue en pie: ¿podrá una actuación pixelada competir con la realidad de carne y hueso?
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Crédito de la foto: Tinseltown / Shutterstock.com