La desgarradora derrota de los Baltimore Ravens por 41-40 ante los Buffalo Bills se decidió por una decisión crucial, y Lamar Jackson afirma que su propio cuerpo influyó. Al preguntársele por qué los Ravens despejaron en una crucial cuarta oportunidad y tres, en lo profundo de su propio territorio al final del partido, Jackson citó calambres dolorosos. “Tenía calambres, así que por eso prácticamente salí corriendo del campo”, reveló después del partido, sugiriendo que sin las molestias, podría haber intentado intentarlo.
El entrenador en jefe John Harbaugh defendió la defensa del equipo en medio de las crecientes críticas a la decisión. Si bien los analistas estimaron que intentar la conversión podría haber aumentado las probabilidades de Baltimore, Harbaugh sostuvo que despejar fue una opción razonable, especialmente considerando los riesgos de permitirle a un Josh Allen impetuoso tiempo extra y una posición de campo favorable.
Los calambres ofrecen contexto para lo que muchos consideraron una decisión conservadora de un entrenador conocido por su audacia. Aun así, nada puede evitar el dolor: los Ravens estuvieron a un gol de campo de sellar lo que parecía una victoria segura, solo para ver cómo se les escapaba.
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