A los 60 años y ocho años sobrio, Charlie Sheen se despoja de su fachada en sus memorias, “El Libro de Sheen”, y el documental de Netflix que lo acompaña, “Aka Charlie Sheen”. Por primera vez, habla abiertamente de sus experiencias sexuales pasadas con hombres, algo que describe como “liberador”, marcando un punto de inflexión en su camino del caos a la claridad.
Estos encuentros, revela Sheen, comenzaron en medio del consumo de drogas, en particular crack. Como él mismo lo expresa, “le di la vuelta a la tortilla”, abrazando un capítulo de su vida que había estado reprimido durante mucho tiempo. Con franqueza, califica algunas partes de “extrañas”, pero también reconoce que “mucho fue divertidísimo”, y finalmente se pregunta: “¿Y qué?”.
Sheen también reflexiona sobre el diagnóstico de VIH que reveló públicamente en 2015, revelando que fue extorsionado por personas que fotografiaron su medicación. Aunque al principio les pagó para que mantuvieran el secreto, dice que confesar le trajo alivio.
Ahora, centrado en criar a sus hijos y llevar una vida más tranquila, Sheen afirma que ya no se esconde y que no dejará que su pasado lo domine.
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